lunes, 14 de septiembre de 2015

Regulación de la actividad enzimática

Es claro que la ventaja más importante es acelerar reacciones que de otro modo serían muy lentas para mantener la vida. Otra de las ventajas de las enzimas es que su actividad catalítica se puede regular de varias maneras. La cantidad de una enzima se puede controlar regulando la velocidad de sus síntesis o de su degradación.
En todos los organismos, el control rápido, a escala de segundos o menos, se puede lograr mediante modulación reversible de la actividad de enzimas reguladoras. Las enzimas reguladoras se definen como aquellas cuya actividad se puede modificar en una forma que afecte la velocidad de una reacción catalizada por la enzima. La actividad de una enzima regulada cambia como respuesta a señales del ambiente y permite que la célula responda a las condiciones variables, con ajustes de las velocidades de sus procesos metabólicos.
En general, las enzimas reguladoras se vuelven catalizadores más activos cuando aumenta la concentración de sustratos o cuando disminuye las concentraciones de los productos de sus rutas metabólicas. Se vuelven menos activas cuando disminuyen las concentraciones de sus sustratos o cuando se acumulan los productos de sus rutas metabólicas. La inhibición de la única enzima inicial en una ruta conserva tanto materiales como energía, evitando la acumulación de compuestos intermedios y el producto final.

Realizado por: Delsy



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